Además del AHV y del segundo pilar, existe también un tercero: la previsión privada. En este tercer pilar (o, para ser más exactos, en esta parte «a» del 3er pilar) se puede ahorrar dinero voluntariamente para la vida tras la jubilación. El estado fomenta este ahorro mediante desgravaciones fiscales, aunque solo de forma limitada.
Los asalariados que ya pagan contribuciones al AHV y la caja de pensiones pueden destinar unos 7000 francos al año (cantidad que se fija de nuevo cada año) al tercer pilar y deducir este dinero de los impuestos. Los trabajadores autónomos pueden destinar el 20 % de sus ganancias anuales al tercer pilar y deducir esta cantidad de los impuestos (también en estos casos hay límites). Por ello, el tercer pilar es la principal forma de seguro de vejez para dichos trabajadores autónomos.